Además del apoyo institucional, los pibes reciben una beca de 400 pesos
Envión: cómo funciona el principal programa social para jóvenes bonaerenses
Alcanza a unos 50 mil chicos de entre 12 y 21 años en situación de vulnerabilidad. Funcionan 330 sedes en todo el territorio bonaerense. El programa es ejecutado por los municipios y el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, que destina entre 20 y 25 millones de pesos por mes. Y trabaja sobre cuatro componentes: educación, trabajo, salud e integración.
A menos de un kilómetro de la General Paz, del lado del conurbano, funciona la sede del Programa Envión de Villa Celina, donde un grupo de profesionales acompaña a 110 niños y jóvenes de entre 12 y 21 años en situación de vulnerabilidad. “Se trabajan situaciones de salud mental, de consumo y violencia. Ellos entienden este espacio como un lugar de referencia”, explicó a Infojus Noticias la coordinadora de ese espacio, Verónica Cáceres. La sede de Villa Celina, que el jueves cumplirá cinco años, es uno de las doce que funciona en el municipio de La Matanza y una de las 330 que se extienden a lo largo y ancho del territorio bonaerense: desde San Nicolás a Carmen de Patagones y desde Pellegrini a Mar de Ajó. El programa es ejecutado en conjunto por los municipios y el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, que destina entre 20 y 25 millones de pesos mensuales. “Actualmente alcanza a unos 50 mil jóvenes, que además reciben una beca de 400 pesos”, explicó el coordinador general, Osvaldo Daniel Raingo.
“Estos pibes sujetos de derechos no son los que practican deportes en clubes o van con puntualidad a la escuela. El programa fue creado para ir a buscar a los pibes más vulnerables del barrio, a aquellos que abandonaron la escuela, que no ven oportunidades. Se los incluye a partir de disparadores como la cultura, la música, el deporte”, detalló Raingo.
Envión surgió a partir de la experiencia que llevó adelante en 2009 el entonces intendente de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Álvarez, que luego trasladó al territorio provincial a pedido del gobernador Daniel Scioli, que lo designó al frente del Ministerio de Desarrollo Social. El programa trabaja sobre cuatro componentes: la educación, para promover la inclusión de los jóvenes a la vida escolar; el trabajo, a través del fortalecimiento de aptitudes y la capacitación; la salud, para facilitar el acceso a la atención y promover el cuidado sanitario individual y colectivo; y la integración, a través de actividades físicas, deportivas y lúdicas.
A partir de los 16 años, además, hay talleres de oficio que brindan empleados de los municipios. “Se enseña gastronomía, peluquería, costura de calzado, carpintería”, contó el coordinador general. Y agregó: “Si no pueden seguir estudiando, al menos que tengan una capacitación”.
Alternativas a la violencia
El equipo de trabajo de Villa Celina está compuesto por nueve profesionales: psicólogos, comunicadores, trabajadores sociales y educadores. Además, un grupo de operadores –jóvenes en formación teórica y práctica, algunos de ellos ex becarios- tienen a su cargo grupos de diez chicos cada uno.
“En la sede llevamos adelante actividades a partir de las cuestiones que vamos relevando y profundizando”, explicó Verónica, coordinadora y comunicadora social. “Hace poco hicimos una jornada en la que les consultábamos a los jóvenes cuáles eran los logros y desafíos que habían alcanzado en el proceso en la sede, y ellos contaban que habían podido aprender a solucionar problemas a través de la palabra, en lugar de hacerlo a través de la violencia. Trajeron sus conflictos y los solucionaron con profesionales, cuando barrialmente se solucionan de otra manera”, detalló.
Los conflictos más comunes, además de la violencia, son los problemas de salud mental y consumo problemático de drogas. “También hay dificultades en el acceso a la educación: los jóvenes tienen las vacantes pero no las pueden sostener. Son chicos muy movedizos, que no pueden sostener un espacio con tantas reglas. Otra problemática común es la salud, la necesidad de sensibilizar sobre la importancia del cuerpo de cada uno, de hacerse chequeos en los centros de salud y que puedan acceder a los turnos”, contó la coordinadora de la sede de Villa Celina.
Una vez detectada la problemática, los profesionales elaboran distintas formas de abordaje. Una de ellas son los talleres. “No son meramente recreativos, sino que también son dispositivo para trabajar. Por ejemplo, trabajamos la lectoescritura a través de un taller de hip-hop y mural; uno de búsqueda laboral, donde aprenden sobre derechos laborales y a confeccionar curriculum vitae; el espacio de fútbol callejero, donde se trabaja deporte y salud; y el plan fines, que brinda la posibilidad a chicos de más de 18 años a terminar el secundario”, contó Verónica.
Además, a la par del trabajo en la sede, los profesionales del Envión se acercan a las casas de los barrios más conflictivos para trabajar con las familias y la comunidad. Cada joven y cada familia es un mundo con diferentes problemáticas, y cada situación requiere una atención distinta”, explicó Verónica.
SO/RA
Fuente: www.infojusnoticias.gov.ar